Archivo mensual: marzo 2020

Covid-19: ¿El Caballo Pálido? (Final)

Llegamos a la parte final. ¿Es el Covid-19 el caballo pálido descrito en Apocalipsis o no? En resumen, creo que no.

¿Por qué?

El Caballo Pálido no es Covid

El jinete color «chloros» (en griego), o verde pálido, es el color de la muerte, y se asocia con la peste, por el color mortecino. Es claro que este caballo y su jinete tienen un poder sin precedente sobre la raza humana en el momento de su recorrido por el Planeta. Sin embargo, a la fecha, el Covid-19 ha contagiado a menos de 1 millón de personas, y ha matado a menos de 2% de esta cantidad.

Ahora, nunca se debe hablar ligeramente de muertos, dado que son seres humanos de infinito valor. Pero para poder identificar correctamente el jinete choloros del Apocalipsis, es necesario ser objetivos.

Comparando plagas de la historia con el alcance del Covid-19, es claro que hasta el momento la pandemia está lejísimos de mostrar la mortandada que han mostrado plagas anteriores. Como he mencionado, la Peste Negra o Peste Bubónica de la Edad Media, y la Fiebre Española de finales de los 1910s, alcanzaron ambas proporciones de magnitudes de orden mayores que la plaga actual. Y esto es razón de alivio, !no estamos buscando romper récords de mortandad! Más bien, estamos buscando evaluar el lugar profético de la presente calamidad con objetividad.

Si estas dos plagas históricas no fueron el caballo pálido, ¿por qué pensaríamos que la presente pandemia lo es? En realidad no hay ninguna razón. Tal vez la única razón es que ésta es la pandemia que nos ha tocado vivir a nosotros, y por eso nos parece particularmente terrible. Pero ésta es una evaluación meramente subjetiva.

¿Qué Lugar tiene Entonces Covid-19?

Creo sin embargo que Covid-19 es proféticamente relevante en otro sentido. Las repercusiones en el orden global de esta pandemia probablemente serán mayores o iguales a las del 9/11. Es decir, el Covid-19 dividirá al mundo en un antes y un después. Relaciones geopolíticas se alterarán, la sociología se alterará, la forma de hacer negocios y trabajar se alterará, y por un tiempo la economía muy probablemente entrará en una recesión sino en una depresión global.

Asi que Covid-19 no es proféticamente irrelevante. Creo que es una de los escalones, después de (1) la caída del comunismo en 1989; (2) los atentados del 9/11; (3) los sismo de Indonesia y Japón; y (4) la crisis financiera del 2014, que han ido dando forma a un distinto mundo. Un mundo que sin darnos cuenta, poco a poco, se va adecuando como guante perfecto en mano, a una dictadura global.

El Pimer Caballo, el Caballo Blanco

Paradójicamente, el Covid-19 estarían relacionado en mi entender con el primer caballo o jinete, el caballo blanco. Dicho caballo representa (en el entender de muchos comentaristas) el gobierno mundial/el anticristo/el engaño. En otras palabras, el Covid-19 sería uno de los eslabones de la sucesión de eventos mundiales que va preparando el terreno para el surgimiento del gobierno mundial tiránico.

Y créanme que esto no es una diatriba contra la globalización. La globalización no es el enemigo. El enemigo es el corazón caído del ser humano, aunado con la acción del Maligno, ambos actuando con un poder a escala global.

Gran Conclusión

La gran conclusión de esta seria de blogs es sencilla, pero muy relevante. Estoy totalmente convenciodo que el Covid-19 no es el caballo pálido del Apocalipsis. Tengo poderosas razones exegéticas, escatológicas e históricas para afirmarlo. Sin embargo es obvio que el Covid-19 tendrá profundas consecuencias mundiales, y es difícil pensar que no tiene algún tipo de relevancia en los eventos del tiempo final.

El Covid-19 es uno de los escalones que están construyendo la escalera del descenso hacia el estado tiránico sobre el cual regirá el Hombre de Pecado, el Inicio, el Hijo de Perdición, popularmente conocido como el Anticristo (pseudo-Cristo en griego). El Covid-19 es el último de los escalones de esta escalera de descenso a la tiranía. Seguramente seguirán más escalones, y poco a poco la población mundial irá dándose cuenta que la única forma de encarar estos retos es cediendo más y más las libertades individuales a un Estado que, al principio será fuente de tranquilidad y seguridad, pero que luego se volverá tiránico y anti-cristo.

Primero se irán cediendo poco a poco las libertades individuales, y luego más y más las fronteras nacionales se irán borrando; o al menos, los gobiernos nacionales perderán poder ante los poderosos gobiernos supra-nacionales. Esto en sí no es malo, pero la revelación bíblica ya nos dijo a dónde iremos a parar. No nos describió el proceso que nos llevará allá, pero ya nos dijo cómo será el mundo cuando se abra el telón y el Jinete del Caballo Blanco de Apocalipsis esté sentado en el trono.

Bien dijo el Apostol Pablo hablando del ambiente que reinará el la Tierra previo al advenimiento del Anticristo, «cuando digan paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina y no escaparán».

 

 

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Covid-19: ¿El Caballo Pálido? (Parte 3/4)

Pasamos a exponer la tercera, y por mucho más popular forma de entender los famosos cuatro jinetes del Apocalipsis, cuya aparición se narra en Apocalipsis 6 (por error en los blogs pasados anoté Apocalipsis 4 y 5).

La Forma Tradicional

La forma tradiciona de entender estas cuatro calamidades sobre la Tierra, es concebir que ellas se dan una vez inicia el tiempo denominado como la Gran Tribulación. Tradicionalmente se ha entendido este tiempo como un periodo de 7 años, basado en varios textos de Apocalipsis. Este tiempo se divide en dos periodos iguales de 3 y medio años, en los cuales suceden cosas particulares a cada mitad.

En la escatología pre-milenial pre-tribulacional, se mantiene que los cuatro jinetes, que en el esquema de Apocalipsis son los primeros 4 sellos de 7 sellos totales, son la escena inicial de estos 7 años de Tribulación. Después de ellos, los juicios están lejos de haber sido agotados. Siguen aún detrás de ellos, el resto de sellos (3 sellos), más 7 juicios de Trompetas, más 7 juicios de Copas.

Al margen de si estos juicios se suman en forma aritmética simple, o si bien algunos están contenidos en los anteriores, es claro que a la Humanidad le espera en este tiempo  de Gran Tribulación mucho más sufrimiento que únicamente el contenido en los primeros cuatro sellos (4 jinetes=4 sellos iniciales).

¿Qué Significa esto para el Covid-19?

Sé que andan muchos videos en Internet conjeturando sobre la plaga del Covid-19, sobre el tiempo de su aparición, sobre sus predecesores (plaga de langostas en Africa, incendios, sequías, etc). Sin embargo, como siempre he mantenido cuando enseño sobre este tema y otros: lo más importante es entender el gran esquema… los detalles se pueden mover de aquí para acá cuando y donde se necesite, pero la espina dorsal es inamovible. Si no hemos entendido el gran esquema, estaremos perdidos en los detalles.

Esto es lo que pasa a la vasta mayoría de gente al tratar de comprender la escatología, y en general la teología y la revelación bíblica. Se pierden en tratar de entender un versículo, cuando no se han dado cuenta que tienen una tremenda confusión en su gran sistema teológico.

¿Cuál es Entonces la Pregunta Adecuada?

Aplicando lo anterior a la escatología (area de la teología que estudia los tiempos finales), podemos decir que la primera pregunta que alguien se tiene que responder ante una plaga como la actual es la siguiente: ¿cuál es el esquema de interpretación correcto de los 7 sellos de Apocalipsis?

¿Corresponden estos juicios al curso de toda la historia de la Iglesia, desde el tiempo apostólico hasta ahora?; o más bien, ¿corresponden a la generación previa al desenlace final?; ¿o son parte de los últimos 7 años de la historia humana?

La respuesta a esta pregunta encausa directamente la interpretación del Covid-19. Entiendo que esta respuesta es sumamente aburrida y académica, pero después de estudiar este tema por casi cuatro décadas, les puedo decir que es el curso correcto.

¿Cuál es el Esquema Correcto de Interpretación?

En el siguiente y último blog comentaŕe cuál es mi postura personal por el momento (la he cambiado varias veces a lo largo de los años a medida que aprendo más). Pero por el momento, por favor no sean conmovidos o angustiados por videos emocionales, con buen contenido gráfico, y con supuestas explicaciones de por qué Dios ha enviado o ha permitido el Covid-19. Menos aún caigan por hermanos bien intencionados que citan versos que supuestamente predicen el Covid-19.

Si hay una buena respuesta a cualquier plaga durante la historia humana, es el arrepentimiento personal. Hasta el siguiente blog!

 

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Covid-19: ¿El Caballo Pálido? (Parte 2)

Seguiremos esta serie tratando de responder a la pregunta en la mente de todos: ¿es el Covid-19 una de las plagas del tiempo final?

Sin querer ser demasiado meticuloso en la respuesta, o ser innecesariamente complicado, es importantísimo entender con la mayor profundidad posible los distintos escenarios que podrían estarse desarrollando frente a nosotros. Una respuesta simplista de sí o no sería seguramente equivocada.

El Punto Medular de la Serie

Para comenzar, y esto es tal vez lo más importante de entender en toda esta serie de blogs, es que hay por lo menos tres formas en que podemos entender este grupo incial de señales. El Señor las llamó «principio de dolores», aludiendo a los dolores iniciales del parto de una mujer, que anuncian que un proceso sin retorno ha iniciado. Dichos dolores inician en forma moderada y dilatada entre ellos, para irse volviendo más intensos y frecuentes, hasta que se llega el momento del alumbramiento.

El grupo de señales llamados «principio de dolores» son engaño religioso, hambres, terremotos, guerras y pestes. Dijimos que dichas señales son básicamente las mismas descritas precisamente al inicio del drama de Apocalipsis, Caps. 4 y 5 (los capítulos anteriores son introductorios y no son narrativos del fin). No puedo enfatizar demasiado que estas señales son el «inicio» de los problemas, no el clímax.

La Primera Forma de Entender el Principio de Dolores

La primera forma de entender este grupo de señales es que las mismas describen el curso de la era de la Iglesia, desde el momento de su fundación en el año 30 dC, hasta el momento del regreso de Jesús.

Bajo este lente, el Señor estaba anunciando que desde su partida hasta su regreso, la Iglesia perigrinaría en un mundo en el cual experimentaría hambres, pestes, terremotos, engaño y guerras. Un conocimiento superficial de la historia confirma que precisamente la historia de la humanidad  en los últimos 2,000 años ha tenido siempre una gran dosis de estos azotes.

Como ejemplo: (1) Sismos: el gran terremoto de Lisboa, al final de la Edad Media, que pudo haber tenido una magnitud mayor o igual a los 8.0 grados; (2) Hambres; La hambruna en Irlanda, a finales de los 1800s, que aparentemente modificó el DNA de los descendientes de esta generación; (3) Guerras: la historia de Europa ha sido básicamente una historia de guerras una tras otra; (4) Pestes: la peste bubónica, con su peor ola en el siglo XIV, que decimó en varias olas a Europa, causando decenas hasta centenas de millones de muertes; (5) Engaño religioso: bajo el riesgo de ser políticamente (o religiosamente!) incorrecto, el Islam surge unos cuantos siglos después de Cristo, y ahora tiene casi igual número de seguidores que el Cristianismo. Y para cada categoría se podrían mulitiplicas los ejemplos.

Segunda Forma

La segunda forma es que estos signos se darían en los 100 o 150 años previos al inicio de la recta final. Bajo esta perspectiva, este «principio de dolores» describiría la historia del siglo XX e inicios del siglo XXI, si es que la venida del Señor se dará en algún momento durante el siglo XXI.

Otra forma de decir lo mismo es que el «principio de dolores» describe las condiciones de vida de la última generación previa al desenlace final. Una generación en el texto bíblico, y dependiendo de la definición usada, puede abarcar desde aproximadamente 120 años, hasta 38 años.

Bajo esta interpretación, se entiende generalmente que el banderillazo de salida para comenzar esta temporada de «dolores» sería el año 1897, año en que se dio en Basilea, Suiza, el primer congreso sionista, inciando así de forma ya organizada e intencional el esfuerzo de la fundación del moderno estado judío. El éxito de esta gesta se dio precisamente 50 años después.

Esta interpretación cuenta con amplio respaldo evidencial. El siglo XX ha sido por mucho el siglo más convulsionado de la historia desde el ministerio terrenal de Cristo. Ha sido testigo de dos guerras mundiales, con un alcance y poder destructivo mucho mayor que los conflictos bélicos de siglos pasados. Presenció la Fiebre Española, con más de 20 millones de muertos. Presenció los regímenes brutales del comunismo en Europa Oriental, la Unión Soviética, China y otros países de Asia. Presenció el terrorismo islámico mundial. Se dieron sismos gigantescos (Alaska, Chile, Indonesia, Japón). Grandes hambres en Africa. El Islam creció a pasos agigantados. También se dieron cambios positivos antes inimaginables para la humanidad, los cuales no tenemos espacio para comentar.

Ciertamente, el siglo XX y los primeros 20 años de este siglo XXI, parecen ser buenos candidatos para ser descritos como la temporada del «inicio de dolores».

Pero aún queda una tercera forma de interpretar este grupo de señales. La explicaremos en el siguiente blog.

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COVID-19: ¿El Caballo Pálido? (Parte 1)

Como es previsible, muchos se están preguntando qué lugar tiene el COVID-19 en el esquema de los eventos finales. Para los que no están muy familiarizados con esta terminología, la teología cristiana premilenial entiende los eventos del fin como aquel grupo de sucesos que ocurrirán en la generación inmediata al regreso físico de Jesús a la Tierra.

El regreso de Cristo a la Tierra, «para juzgar a los vivos y a los muertos», ha sido parte del aparato esencial de la creencia cristiana desde los primeros siglos de la Iglesia. Los credos más antiguos de la Cristiandad, tal como el Credo de los Apóstoles, y el Credo de Nicea, dedican versos a enfatizar esta creencia. En el momento mismo de la Ascensión de Cristo a los cielos, según el testimonio de los Hechos de los Apóstoles, dos ángeles aseguraran a los sorprendidos testigos del evento, que «este mismo Jesús que ha sido tomado de vosotros al cielo, así mismo vendrá.»

El Discurso del Monte de los Olivos: Los Eventos Previos a Su Regreso

El mismo Señor, en su discurso apocalíptico del Monte de los Olivos (recogido en Mateo 24 y 25, Lucas 21 y 22 y Marcos 16) explicó de forma extensa las señales que precederían su retorno a la Tierra.

Si bien la adecuada interpretación de este pasaje es un gran reto, que probablemente nadie hasta el momento ha alcanzado, sí hay hoy en día un consenso bastante amplio dentro de la teología premilenial en cuanto a lo siguiente: (1) antes de su regreso, habrán señales que anunciarán su inminente venida; (2) su regreso será precedido por una tendencia cataclísmica o catastrófica en la vida de la Humanidad; (3) justo antes de su regreso se vivirá un tiempo en el planta Tierra conocido como la Gran Tribuación, donde las calamidades naturales, sobrenaturales y políticas serán extremas y llegarán a un clímax.

Haciendo una síntesis de los pasajes, los eventos que marcarán el inicio de esta temporada son: engaño religioso, pestes, hambres, terremotos y guerras.

Los Cuatro Caballos

Por su lado, el apóstol Juan, aproximadamente 60 años después del discurso de nuestro Señor en el Monte de los Olivos, presenció el clímax de la revelación del retorno del Mesías a la Tierra, y lo recogió en el libro de Apocalipsis (revelación o develación en griego).

En particular, en los capítulos 4 y 5, Juan relata los eventos de inicio del tiempo del retorno. Estos cuatro eventos, mostrados en forma figurada como cuatro caballos con distintos colores con sus respectivos jinetes, son los célebres cuatro jinetes del Apocalipsis. Los cuatro colores en su orden son: el blanco, el rojo, el negro y color verde pálido (color muerte). Dichos caballos y sus jintetes  representan: (1) globalización y engaño religioso, (2) guerras, (3) escasez y hambres, y (4) pestilencias y gran mortandad.

El COVID-19

No toma mucha destreza mental para darse cuenta que en las dos listas (la de los Evangelios y la de Apocalipsis) figuran elementos comunes. Algunos aseguran que de hecho son la misma lista, dicha de distinta forma y agrupada en distintas simbología. Un elemento común son las pestes.

Dado que según los Evangelios y Apocalipsis, estos eventos son apenas el inicio, cabe hacerse la pregunta si el COVID-19 es la primera expresión mundial del caballo pálido.

En los siguientes blogs trataremos de explicar esto. El propósito de estos blogs de ninguna forma es ser alarmista, ni perturbar la esperanza de los creyentes y amigos ante esta pandemia. De hecho, el regreso del Mesías a la Tierra es fuente de esperanza para su Iglesia: en Lucas 21 Jesús dijo, «Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguid vuestras cabezas, porque vuestra redención esta cerca.»

Aquél que nos prometió victoria ante toda adversidad está en última instancia en control de toda la situación mundial: sean pestes, guerras, depresiones económicas, o incluso mortandad. El apóstol Pablo, ya anciano, declaró con toda confianza: «Todo lo puedo en Cristo que me fortalece».

Fortalécenos Señor!

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